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Trastornos de la alimentación

 

 

 

 

Los desórdenes de la alimentación tienden a ser agrupados por presentar síntomas comunes (DSM IV): anorexia y/o bulimia, y concomitantemente adelgazamiento u obesidad a veces extremos, con las consecuencias psicofísicas y vinculares que estas situaciones conllevan (amenorrea, disfunciones sexuales, conflictos familiares y de pareja).

 Las personas que padecen síntomas vinculados a la alimentación, normalmente presentan dificultades en la relación con la madre y/o dificultades para situarse subjetivamente en relación a la sexualidad y al partenaire sexual.

 Desde el punto de vista psicoanalítico, el síntoma (anorexia, bulimia u obesidad) es a la vez, la expresión de un conflicto y un condensador de goce.

 El síntoma, además de “hablar” de un conflicto, constituye una satisfacción en sí mismo. El no comer, el comer y vomitar o el no poder parar de comer, “compensa” al sujeto de una forma paradójica, le da una consistencia y hasta una identidad. Esta satisfacción tiene una función de sostén que el sujeto podrá abandonar cuando pueda sostenerse en otra cosa.

El abordaje en estos casos es interdisciplinario. El tratamiento psicoanalítico debe tener presente la gravedad del cuadro y complementarlo con una consulta clínica y los análisis clínicos correspondientes.

Anorexia:

Trastorno sintomático de la conducta alimentaria que se traduce principalmente en una restricción muy importante de la alimentación.

Bulimia:

Se traduce en restricciones de la alimentación que a menudo tienen como pretexto, al menos al principio, un régimen fundado en razones estéticas. Estas restricciones pueden acompañarse de vómitos provocados y de ingesta de laxantes y de diuréticos. Producen el desvanecimiento de las formas femeninas, la reducción de los músculos, diversos trastornos somáticos, amenorrea, y a veces ponen la vida en peligro.

 

 

 

 

 

 

 

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